Fábrica nacional de aviones y la industria aeronáutica.
La Argentina posee como tantos otros tesoros, la fábrica nacional de aviones de la ciudad de Córdoba, pionera del desarrollo aeronáutico. Desde 1930 diseñó y fabricó 31 prototipos siendo la primera del hemisferio sur en construir y hacer volar un avión jet -el “Pulqui I”- en 1947. Resulta difícil imaginar que la Argentina haya ocupado el sexto puesto a nivel mundial en la construcción de aviones de reacción con tecnología propia (detrás de Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y Francia). Sin embargo, la industria aeronáutica supo ser una pujante industria motorizada por una política que consideró a las actividades técnico-científicas como recurso estratégico para el país.
En julio de 1995 la Lockheed Martin Aircraft SA (Lmaasa), el mayor contratista de armas del Pentágono adquiere las instalaciones de la mano de la firma del ex presidente Carlos Menem. Se prometió la formación de “un excepcional centro de mantenimiento” que “captaría el 30% del mercado con una proyección de creación de hasta 10.000 puestos de trabajo”. Dos años después, el entonces presidente Menem afirmaba que Lmaasa construiría allí un centro espacial internacional para llegar al Japón en minutos. Sin embargo, el plantel de trabajadores se redujo de 2000 a 900 a poco de concretarse el traspaso y con la amenaza de reducción del plantel a la mitad si el Estado no le firmaba a Lmaasa un nuevo convenio por U$ 230 millones a 5 años y una supuesta deuda de U$ 47 millones. La empresa llegó a darse el lujo de cerrar sus instalaciones por 5 días hasta tanto el gobierno no le firmara un contrato hasta 2007. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la fábrica fue reestatizada y rebautizada, ya no con objetivos de fabricación de aeronaves militares sino civiles.
Finalmente la Lmaasa no fabricó nada, sólo reparó aviones con subsidios del Estado Argentino en forma de contratos, y redujeron al 55% el personal. Actualmente se dedica sólo a la re-ingeniería de los AT-63 Pampa.
La película habla de lo que hicimos y todavía podemos hacer como país. Muestra las capacidades creativas y científicas de una Argentina capaz, que no se deja vencer. Este film es una memoria contra el olvido, mostrando las capacidades, como el hecho de que sigue siendo un país que produce alimentos para 300 millones de personas. La investigación científica y las grandes obras técnicas no las tenemos presentes ya que estamos mas propensos a recordad los agujeros del país, sus puntos débiles, y no las capacidades y todo lo que somos capaz de hacer a nivel tecnológico. Está dirigida mayormente a nosotros, los jóvenes, que somos el semillero de talento del país, ya que muchos de nosotros, vagamos en un país que tiene todo lo necesario para ser una potencia mundial, capacidades de una Argentina que casi no se conocen, en la cual hubo descubrimientos y adelantos científicos fantásticos. También esta dirigida a cambiar esa concepción pesimista que tenemos del país, un sentimiento de derrota inculcado por las políticas de liberación.
La historia de la fábrica de aviones, particularmente me sorprendió en demasía, al punto que no me parecía que se estaba hablando de Argentina. Los datos son para destacar. Que Argentina haya ocupado el sexto puesto a nivel mundial en la construcción de aviones de reacción con tecnología propia habla de la excelencia de la mano de obra y de preocupación y el enfocamiento del primer y segundo gobierno peronista para el desarrollo industrial, que con el apoyo de destacados profesionales argentinos llevaron a cabo un desarrollo aeronáutico de excelencia.
Luego de que la industria aeronáutica argentina sufriera hasta hace algunos años varias derrotas desde lo económico, estratégico y político, muchas de ellas intencionales a primera vista, me hace pensar que con políticas de reestatización objetivizadas en recuperar los patrimonios que le pertenecen al país, y el repatentamiento de muchos de los descubrimientos y desarrollo que se llevaron a cabo en suelo argentino, con científicos argentinos, el país puede mejorar notablemente el nivel industrial y volver a la hegemonía del mercado como lo fue hace tiempo.
En julio de 1995 la Lockheed Martin Aircraft SA (Lmaasa), el mayor contratista de armas del Pentágono adquiere las instalaciones de la mano de la firma del ex presidente Carlos Menem. Se prometió la formación de “un excepcional centro de mantenimiento” que “captaría el 30% del mercado con una proyección de creación de hasta 10.000 puestos de trabajo”. Dos años después, el entonces presidente Menem afirmaba que Lmaasa construiría allí un centro espacial internacional para llegar al Japón en minutos. Sin embargo, el plantel de trabajadores se redujo de 2000 a 900 a poco de concretarse el traspaso y con la amenaza de reducción del plantel a la mitad si el Estado no le firmaba a Lmaasa un nuevo convenio por U$ 230 millones a 5 años y una supuesta deuda de U$ 47 millones. La empresa llegó a darse el lujo de cerrar sus instalaciones por 5 días hasta tanto el gobierno no le firmara un contrato hasta 2007. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la fábrica fue reestatizada y rebautizada, ya no con objetivos de fabricación de aeronaves militares sino civiles.
Finalmente la Lmaasa no fabricó nada, sólo reparó aviones con subsidios del Estado Argentino en forma de contratos, y redujeron al 55% el personal. Actualmente se dedica sólo a la re-ingeniería de los AT-63 Pampa.
La película habla de lo que hicimos y todavía podemos hacer como país. Muestra las capacidades creativas y científicas de una Argentina capaz, que no se deja vencer. Este film es una memoria contra el olvido, mostrando las capacidades, como el hecho de que sigue siendo un país que produce alimentos para 300 millones de personas. La investigación científica y las grandes obras técnicas no las tenemos presentes ya que estamos mas propensos a recordad los agujeros del país, sus puntos débiles, y no las capacidades y todo lo que somos capaz de hacer a nivel tecnológico. Está dirigida mayormente a nosotros, los jóvenes, que somos el semillero de talento del país, ya que muchos de nosotros, vagamos en un país que tiene todo lo necesario para ser una potencia mundial, capacidades de una Argentina que casi no se conocen, en la cual hubo descubrimientos y adelantos científicos fantásticos. También esta dirigida a cambiar esa concepción pesimista que tenemos del país, un sentimiento de derrota inculcado por las políticas de liberación.
La historia de la fábrica de aviones, particularmente me sorprendió en demasía, al punto que no me parecía que se estaba hablando de Argentina. Los datos son para destacar. Que Argentina haya ocupado el sexto puesto a nivel mundial en la construcción de aviones de reacción con tecnología propia habla de la excelencia de la mano de obra y de preocupación y el enfocamiento del primer y segundo gobierno peronista para el desarrollo industrial, que con el apoyo de destacados profesionales argentinos llevaron a cabo un desarrollo aeronáutico de excelencia.
Luego de que la industria aeronáutica argentina sufriera hasta hace algunos años varias derrotas desde lo económico, estratégico y político, muchas de ellas intencionales a primera vista, me hace pensar que con políticas de reestatización objetivizadas en recuperar los patrimonios que le pertenecen al país, y el repatentamiento de muchos de los descubrimientos y desarrollo que se llevaron a cabo en suelo argentino, con científicos argentinos, el país puede mejorar notablemente el nivel industrial y volver a la hegemonía del mercado como lo fue hace tiempo.
Maxii Grimoldi
http://www.geoscopio.net/escaparate/verpagina.cgi?idpagina=2057740
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